sábado, 18 de febrero de 2017

"Expresarte" como jóvenes.


Juegos del lenguaje.





Espejo inverso de la identidad estudiantil, tras las paredes salesianas.


Dicen que en la adolescencia todo es diversión e inmadurez pero, ¿esto lo ha dicho un adolescente?; la máscara de la ilusión es puesta por los jóvenes, dicha máscara refleja lo que quisieran ser y ocultan su realidad.

Los jóvenes, en su mayoría, no son la superficialidad que emanan, no son estólidos e inútiles como la sociedad los tiene previstos, tienen tras de sí una vida que permanece camuflada a su voluntad, no existe la vida color de rosa.

El adolescente tiende a necesitar la aceptación en su vínculo social, quiere demostrar que tiene la madurez suficiente para manejar su vida. Mengíbar (2010) alega que: “El adolescente se rebela contra la autoridad porque necesita probar que es un ser humano independiente y no simplemente una extensión de sus padres”.

Nadie se encuentra fuera de la “vida real”, esa en la que se tienen problemas de toda magnitud; los adolescentes se toman el tiempo de estructurar su perfil social de acuerdo con la vida utópica que quisieran tener, maquillan su realidad, son maestros del engaño, tal y como lo expresó Sierra (2015): “Quizá es lo que hacemos todos, inventarnos una vida y ponérnosla por encima. (…) utilizar varias identidades a lo largo de la vida es un derecho natural del hombre”, derecho que es usufructuado por los jóvenes, llegando éstos a perder la noción del yo sin haberla hallado.
Crean las defensas necesarias para adaptarse al exterior y adaptar el exterior para sí mismos, lo que da como resultado un vacío en sus vidas que intentan llenar con banalidades, siendo éstas recíprocas con las estrategias de protección, creando así un círculo vicioso inacabable. En la encuesta Nacional de salud mental realizada en el año 2015 por el Ministerio de Salud se afirma lo dicho anteriormente, ya que se registró que el 12,2% de adolescentes entre 12 y 17 años sufre de algún problema mental, siendo la depresión y la ansiedad reportadas como las principales.

Finalmente, es importante decir que la adolescencia representa una etapa fundamental. Es un momento crucial de reconsideración  de la identidad del joven donde modifica la imagen de sí mismo; la originalidad debe prevalecer pese a los percances, jóvenes resilientes, definan su identidad como única y peculiar, dirigiendo su interés hacia la realidad, haciéndose más objetivos, es decir, tener una vida “sana” viviendo en un medio “insano”.



Daylen Flórez, 10-09.

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