En
nuestro país, inmerso en la guerra, la criminalidad y la violencia, se genera
información de mala calidad, como consecuencia por la manipulación de los
medios de comunicación por parte de las personas con el poder social, político
y económico, que evitando que nos hagamos conscientes de todos los problemas en
los que vivimos, nos apaciguan dejándolos actuar libremente, nos engañan usando
y acostumbrándonos a usar palabras y expresiones como: “paseo millonario”, “chuzada”,
“falso positivo”, etc., las cuales distorsionan el significado y nuestra
percepción de la realidad.
Esta
falsa percepción de nuestro mundo mediante el uso de la palabra y la comunicación
no es nueva. Se puede ver cómo en la edad media en España, en medio de la
guerra con los árabes encuentran ejemplos de esta situación. El autor de literatura
medieval, buscaba transmitir consuelo a las personas que lo escuchan, y ánimo
en la guerra (García, 2011). En los relatos épicos de los juglares, se mostraba
la guerra de una forma gloriosa y feliz, lo cual motivaba a los héroes a ir a
la guerra.
Si
los medios de comunicación logran manipularnos dándole definiciones amables a
actos odiosos es porque nosotros lo permitimos, porque constantemente estamos
cambiando de significado las palabras, sin respetar ni conformarnos con el
significado original de cada palabra ni la definición de cada cosa. Gracias a
esto, adoptamos nuevos términos que se inventan de la nada, llegando a ser
incluso engañosos. “Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la
prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y
cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces
públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al
oído en las penumbras del amor.” (García, 1998). Si no tratamos de manejar la
transformación de nuestro lenguaje seguiremos siendo engañados por los medios
de comunicación y sus juegos de palabras.
Un
factor influyente en la transformación indiscriminada de nuestro lenguaje es el
uso incorrecto de éste en el internet, en las cibercomunidades se crean jergas
que poco a poco se van implementando en el léxico propio de las personas, sobre
todo en los jóvenes, que además de esto es poco lo que leen, tienen un léxico
muy limitado y en varias ocasiones con transformaciones del lenguaje que pueden
llevar a confusiones. “Es increíble el mal uso que hacen de la lengua, el
recorte que les hacen a las palabras, los extranjerismos que utilizan y la
informalidad de su lenguaje. Usan palabras groseras e insultantes que resultan
cariñosas, todo vale y todo para ellos tiene algún sentido” (Semana, 2015).
En
conclusión, se puede ver cómo la manipulación de la información que lleva a
falsas ilusiones o a apaciguar el pueblo ante un grave problema ha estado
presente a lo largo de la historia, en épocas como la edad media aprovechándose
del analfabetismo y la ignorancia del pueblo, y en la actualidad por la falta
de responsabilidad del pueblo de cuidar su lenguaje y su idioma. Si no queremos
seguir siendo engañados de esta manera, debemos ser claros en nuestras palabras
y evitar el uso de expresiones y palabras inventadas para engañarnos.
Pedro
Luis García, 10-05.
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